(TodoesNoticia1214 03/09/2017) Leonardo Padrón nos vuelve
a tocar el alma con este artículo “Desde la urgencia”
Entre muchas esta es una de las
frases mas impactante del artículo “Nunca había sido tan difícil ser
venezolano, pero tampoco jamás tan necesario”
Cabe destacar que el reconocido
escritor Leonardo Padrón volvió a
tocar las fibras de los venezolanos con un sensible artículo que recuerda la
importancia de asumir la nacionalidad con responsabilidad y patriotismo, en
especial en estos duros tiempos, y estar dispuestos a la construcción de un
país, desde cero.
También debemos destacar en su
articulo “¿Acaso nos queda otra opción distinta a insistir, a pesar de sentirnos
tan desvalijados?”
A continuación su escrito íntegro “Desde
la Urgencia ”:
Nunca había sido tan difícil ser venezolano. Uno se mueve dentro de la
palabra y solo hay dolor y espinas. Nos han apedreado el gentilicio de una
manera abrumadora. De tanto gritar patria, con los labios goteando veneno, la
dictadura ha roto las costuras más íntimas del mapa. Vaya forma de demoler el
alma nacional. Vaya manera de hacernos famosos en el mundo entero. Ya no
sabemos de autoestima ni confianza. La esperanza supura sangre en sus bordes.
Algunos aseguran que ya no puede ser peor, pero en realidad sabemos que
la cebolla tiene aún capas más oscuras. El país avanza a pie firme en su
proceso final de destrucción. El régimen argumenta que es una potencia, un
orgullo, un hito, mientras asesina y encarcela puñados de gente. Proclama el advenimiento del paraíso terrenal
y en simultáneo nos convierte en éxodo. Habla de emancipación mientras arruina
cada metro cuadrado del país. Dice abajo el imperialismo y se eleva el hambre.
Grita “prohibido el odio” y lo que se escucha es “viva la venganza”. Cada
rodilla en tierra significa bienvenidos a la sumisión. Si el régimen fuera
sincero promocionaría una franela que dijera “Patria o muerte del opositor”. Y
otra que rece: “Todos somos Venezuela, menos el 85% de la población”.
Repudia las sanciones y eleva las persecuciones. Ha descubierto que en
nuestra soberanía alimentaria también caben Rusia, China y Cuba. Y tú,
camarada, recuerda que revolución es amor, denuncia a tu vecino, entrénate para
una guerra que no existe. A los escépticos se les advierte: “Los 15 motores de
la economía existen. Tenemos las pruebas”.
En las arengas revolucionarias triunfa un eco que dice: “Que vivan los
estudiantes, pero solo los nuestros”. En fin, todo es paradoja y cinismo. El
país es ya una contradicción insostenible.
Nunca había sido tan difícil ser venezolano, repetimos. Pero tampoco
jamás había sido tan necesario.
¿Acaso nos queda otra opción distinta a insistir, a pesar de sentirnos
tan desvalijados? ¿Tan huérfanos de líderes? En este desierto que nos ha tocado
atravesar, el sol quema cada vez más. Es cierto. Pero ningún pueblo entrega su
alma por completo. Siempre hay un punto de redención.
Exánimes, casi sin aire, debemos reinventarnos dentro de la tragedia.
Sin duda, no bastan las palabras y su perfume engañoso. Se necesita un plan,
una estrategia, una revisión de la tormenta. Se impone la táctica de reaparecer
luego de la demolición. Ya solos no podemos. Quedó claro. No sabemos lidiar
contra la barbarie. No somos tan primitivos. El mundo ha girado su rostro hacia
nosotros y su estupor es absoluto.
Cada día se suma un nuevo país que condena la dictadura de Nicolás
Maduro. Nos hemos vuelto un problema en el hemisferio. Vivimos entre el límite
y la exasperación. Sin un milímetro de solemnidad, nos queda la exigencia de la
resurrección. ¿Cómo se ejerce esa palabra? ¿Dónde está su clave maestra?
Desde la urgencia hacemos señas. Desde el borde. Venezuela merece una
nueva oportunidad. Construirla es la inmensa tarea que nos toca.
Después del dolor, la vida.
Por: Leonardo Padrón.
Fuente: maduradas.com
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Notas
Jesucristo,
Señor nuestro, acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades en nuestra
patria. Nos sentimos inquietos y esperanzados y pedimos la fortaleza como don
precioso de tu Espíritu. Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a
la dignidad humana, la verdad, la libertad, la justicia y el compromiso por el
bien común. Como hijos de Dios danos la capacidad de construir la convivencia
fraterna, amando a todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los pobres y
trabajando por la reconciliación y la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo
y del encuentro, para que juntos construyamos la “Civilización del Amor”, a
través de una real participación y de una solidaridad fraterna. Tu nos convocas
como nación y te decimos: Aquí estamos, Señor, junto a nuestra Madre, María de
Coromoto, para seguir el camino emprendido y testimoniar la fe de un pueblo que
se abre a una Nueva Esperanza. Por eso todos juntos gritamos: ¡Venezuela! ¡Vive
y camina con Jesucristo, Señor de la historia! Amén.
Dios, Tú eres
nuestro refugio, quien nos mantiene seguros. Líbranos de trampas y de
enfermedades. En las noches mientras dormimos sé nuestra fiel protección. Te
pedimos que nos cuides con tus ángeles, que sea tu paz nuestra paz. En esta
noche descansamos en ti, tú eres el Dios todopoderoso, en quien encontramos
abrigo, confiamos que no hay nada imposible para ti, todas nuestras cargas y
preocupaciones las dejamos en tu presencia, te pedimos que nos ayudes a estar
bajo tu mirada para mantenernos seguros en tu protección de amor. Como un ave
con sus polluelos nos mantenemos bajo tus alas, allí encontramos refugio.
Señor, te pedimos que renueves nuestros cuerpos, que nos des una noche en
salud, para despertar con nuevas fuerzas para enfrentar con alegría una nueva
jornada. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
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