EL CEREBRO, POR LAUREANO MÁRQUEZ
Sin ofender
este articulo no lo puede entender cualquiera hay que leerlo un poco mas lento
y les recomiendo leerlo dos veces, no apto para el gobierno.
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El verdadero
problema es que aquí vivimos de apagón en apagón; nosotros lo que tenemos es el
cerebro fundió
No vaya el
lector a pensar que vamos a hablar de algún “pran”, en cuyo caso sería, con
seguridad, “el celebro”. No, reflexionemos un poco sobre el cerebro humano.
Para comenzar, el cerebro es un nombre masculino, así que para hablar con la
propiedad terminológica que estos tiempos de revolución gramatical exigen,
deberíamos hablar del cerebro y la cerebra. Para que se entienda, el cerebro
viene a ser la sala situacional del cuerpo humano. Allí se decide todo. Lo
primero que hay que decir es que el cerebro o cerebra es uno de los órganos más
feos con los que contamos los seres humanos o humanas: es como una masa gris
—nunca tan bien dicho— de “tejido
convoluto”. Aunque el término parece un insulto argentino, realmente lo que
quiere decir es que es una masa enmarañada, enrolladísima, tal cual se siente
la convoluta alma nacional en este tiempo (pertinente es añadir que la Real Academia no
acepta el término, pero ya Rajoy pidió al TSJ de allá un recurso de
interpretación). El cerebro sirve para pensar, con muchas más excepciones de
las que a simple vista uno imagina y desea.
Pensar es tener
representaciones en forma de ideas que se relacionan unas con otras. Por ejemplo,
uno no necesita tener una piedra dentro de la cabeza para tener una idea de qué
es una piedra; uno lo que tiene es una idea de la piedra, por más que haya
ideas que parezcan más bien pedradas y pensadores que solo cuenten con piedras
para tratar de meter sus ideas en la cabeza de uno. En definitiva, se piensa
con el cerebro, por más que muchas veces uno tenga la sensación de pensar con
otros órganos menos nobles.
Aunque pensar
es propio de los humanos, no todos pensamos igual —no solo me refiero a que
pensemos diferente, sino a que pensemos con la misma elevación y calidad—. El
“estreñimiento teórico” existe: es la dificultad para pensar y entender. “En
España —decía el poeta Antonio Machado— de cada diez cabezas nueve embisten y
una piensa”. Recuerden con el cerebro —que también controla la memoria— que
nosotros venimos de allá y sin dar
muestra de mucha mejoría con el devenir de la historia. Es obvio que el cerebro
de Einstein tenía algo que no tiene el nuestro; por algo el suyo lo tienen a
buen resguardo en alcohol, no vaya a ser. Aunque el científico que lo estudió,
rebanándolo en 240 finas láminas, llegó a la conclusión de que en el tamaño
está la diferencia: el córtex prefrontal, que es el de la concentración, estaba
inusualmente desarrollado en el físico y poseía una densidad neuronal fuera de
lo común. Entonces, tampoco es que los demás seamos brutos, sino sencillamente
que lo tenemos más chiquito.
El investigador
Ranulfo Romo —mexicano, para mayor indignación de Trump— estudia cómo nos hacemos
las representaciones del mundo. Cuando a uno le hablan, por poner un ejemplo de
percepción, lo que oye es un ruido que
el cerebro decodifica o no (nuestros hijos adolescentes dan cuenta con rigor
científico de esta afirmación). Los distintos idiomas son distintos tipos de
ruidos (de ahí que uno le diga a su hijo con frecuencia: “¿Es que acaso yo
hablo chino?”). Según este neurocientífico, puede que eso que nosotros llamamos
“toma de decisiones racionales” solo sea el producto de la acción de circuitos
neuronales que, detrás de nuestro nivel de conciencia, realizan todas las
operaciones. Esto ayuda mucho a entender el problema nacional: si todo el
pensamiento y la toma de decisiones de nuestro cerebro se reduce al final a un problema de conexiones eléctricas, entonces
podemos, ¡por fin!, entender el origen de este estreñimiento teórico que agobia
a Venezuela: el verdadero problema es que aquí vivimos de apagón en apagón;
nosotros lo que tenemos es el cerebro fundío.
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Nota:
Dios gracias
por todo lo que tengo, mi familia que es mi gran riqueza, por mis amistades,
gracias por todo eso por un día mas de vida, te pido mi Dios mi señor la
protección para mi familia mis amigos y la bendición para mi país Venezuela,
Amén.
Rjmc
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