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17/05/2017) Ya no es soportable la situación aquí en Venezuela -
Hermana del embajador de Venezuela en Francia:“Michel, no puedes seguir callado
ante tanta barbarie”...
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Cabe destacar
que Andreína Mujica, hermana del
Embajador venezolano en Francia, Michel
Mujica, envió una contundente carta en la que lo emplazó a fijar posición
frente a la ola represiva del gobierno de Nicolás
Maduro.
La hija del
recordado dirigente del PCV y exdirector de la Escuela de Comunicación de
la UCV , Héctor
Mujica, le pidió con el corazón en la mano a su hermano que dé el paso y
ayude a salvar vidas en Venezuela.
“Te
pido que te pronuncies en favor de la democracia, aquella por la cual nuestro
padre dejó pegada su salud a punta de torturas, electricidad en los testículos,
mientras su cuerpo colgaba sobre un rin afilado para cortar sus pies por
cansancio”, dice parte del texto publicado por Tal Cual.
Le dejamos el texto completo:
En el nombre del padre, en mi
nombre y por la libertad, te pido perdón, hermano. Sé que esto te va a doler,
porque una discusión de años ahora la hago pública. No tengo armas con que
exigirte. Soy, como el resto de los venezolanos, una mujer “desarmada” pero con
el poder de la humildad, te pido que des el paso que ayude a salvar vidas en
Venezuela.
Tú, como embajador designado en
los tiempos de Maduro; sí, Nicolás, el dictador más perverso, cínico y
desalmado en la historia de las dictaduras de nuestro querido continente, te
pido que te pronuncies en favor de la democracia, aquella por la cual nuestro
padre dejó pegada su salud a punta de torturas, electricidad en los testículos,
mientras su cuerpo colgaba sobre un rin afilado para cortar sus pies por
cansancio.
Mi padre, nuestro padre, no
soportaría tantas muertes, tantas torturas, tal injusticia. Estaría marchando
como un abuelo en silla de ruedas. Y aunque él se fue de pie, sólo su cuerpo se
convirtió en cenizas. No así su legado por un país al que le dedicó su vida
política, familiar e intelectual. Héctor Mujica, es (no fue) ES, esa Venezuela
maravillosa que hizo país después de lo que pensábamos sería la última
dictadura.
Estos muertos son los nuestros,
son tuyos y míos, pero yo no ostento una posición en el poder; tú sí, hermano,
y confío en tu rectitud, en tu honestidad. Es preciso que te pronuncies. Es
decir, debes ayudarme, ayudarnos y ayudarte. Tienes cinco hijas, mis sobrinas,
cuatro nietos, que no merecen cargar con la vergüenza de un padre y abuelo que
se quedó en silencio ante la barbarie.
Yo no lloro más que otros, ni
rezo más que los creyentes, ni sufro más que los que se levantan en nuestra
patria con el poco aliento gaseado para volver a las calles y protestar. También
estoy lejos.
Tú, hermano, eres un protagonista
de esta terrible época que nos ha tocado vivir. Tus palabras y acciones pueden
ser ejemplo para otros funcionarios diplomáticos en el mundo. Esto tiene que
parar. Nuestro país vive la muerte a cuentagotas. De miles que salen a
protestar cada día pidiendo democracia, elecciones, desarme de los grupos
paramilitares, mal llamados “colectivos”, restitución de los poderes de una
Asamblea Nacional elegida por votación popular, destitución de magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia, que dieron un golpe de estado, así como la
exigencia de la liberación de más de un centenar de presos políticos, y
apertura de un canal humanitario para salvar a los que hoy mueren de mengua.
Mi padre fue un preso político,
torturado como los de ahora. Sí, nuestro abuelo, el doctor Pastor Oropeza, no
hubiese levantado su voz contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez ninguno de
nosotros hubiera nacido. Esto incluye a nuestros sobrinos y nietos. Yo te
apoyaré hermano, tu serás nuestro orgullo y no parte del duelo con el cual ya
convivimos.
El 4 de octubre de 1968, cuando
apenas habían pasado 48 horas de la matanza de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco, el
poeta Octavio Paz renunció al cargo de embajador de México en India. No podía
ser cómplice de un gobierno autoritario que nuevamente utilizaba a Tlatelolco
como piedra de sacrificio. Ahora, para asesinar a sus jóvenes.
Cuarenta y ocho horas, Michel,
con tan sólo una carta dejo claro en la historia su posición ante los viles que
asesinaban sin la menor sombra de arrepentimiento. Estoy fracturada Michel,
como todos, ayúdanos a recobrar la dignidad y la esperanza. Venezuela merece,
por lo menos, esto.
Con todo mi amor y respeto,
hermano, espero tu comprensión, no por mi, sabes que nunca te he pedido nada.
Ahora no tengo otra salida. Callar es morir un poco.
Fuente: Maduradas
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Nota
A ti mi Virgen querida A ti que
todo lo puedes, Tú que cuidas nuestras vidas Cuando el mal tiende sus redes.
Virgen que das PAZ al hombre Que labora noche a día Sé que puedes con tus dotes
Calmar la melancolía. Haznos Virgen un milagro, De subsanar nuestra herida,
Devuelve a la patria su FE Que a momentos se ve perdida. Dale a Venezuela la FE , La FE de navegar por la vida, como
una barca gigante Con las velas extendidas. Que venza viento y marea Que corte
el odio sin miedo, Y que mi gente en Venezuela no diga más ¡yo no puedo! Que
paguen su desatino Aquellos que no la quieren Y cubre a todos tus hijos Con un
manto de luceros. Que mantengas unido al pueblo y el AMOR sea la vía, Y así
conseguir sosiego ¡QUERIDA VIRGEN MARÍA¡
Amén.
TodoesNoticia
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