SE VISLUMBRA LA LUZ PARA VENEZUELA “SOLO
HAY QUE SEGUIR EN RESISTENCIA HASTA QUE SE DISIPE LAS TINIEBLAS”
(TodoesNoticia 12/05/2017) “Laureano
Márquez” Algo se termina en Venezuela y se vislumbra algo diferente, la
neblina de los gases no dejan ver bien todavía que será, pero la historia no es
una reflexión inútil…
No olvides dejar su comentario “GRACIAS”
Las nobles
aspiraciones no son otra cosa que hacer coherente el país que se sueña con el
que se practica cada día, el compromiso ético con la honestidad. Si logramos
dar ese paso el florecimiento vendrá, porque
inteligencia es lo que aquí sobra.
La palabra
viene de la unión de dos voces latinas: vix,
que significa “apenas” y luminare, que significa “alumbrar”. Vislumbrar
algo es, entonces, “medio ver” algo que está ahí, pero que todavía no se ve bien.
En el amanecer se vislumbran los objetos que han quedado ocultos por la noche.
No se ven todavía del todo, pero tenemos el indicio de que –si el mundo no se acaba antes– los vamos a ver pronto.
Así como la
noche está irremediablemente condenada por la salida del sol, a los regímenes fracasados solo les queda la
fuerza para sostenerse, pero hasta el uso de la fuerza agota. Al que reparte
palos todo el día se le cansa el brazo y no llega a la casa con ganas de
abrazar a su esposa. Al que se pasa todo el día lanzando “gas del bueno”, algo
también le llega a él; y al que tiene hijos adolescentes, en una refriega con “el
enemigo” se le puede presentar la duda de si aquel con la franela en la
cabeza al que le lanzó un perdigonazo no sería su hijo. Cuentan que una de las
razones por las cuales los nazis se inventaron “la solución final” fue
porque a sus soldados les era muy penoso pasarse el día fusilando judíos; a las
tres o cuatro horas de estar en ello, les era inevitable albergar la duda de
por qué lo hacían y de si aquellos seres en una de esas no serían también
gente. Comenzaron a enloquecer, a caer en el alcoholismo, a suicidarse.
Algo se
termina en Venezuela y se vislumbra algo diferente. La neblina de los gases no
deja ver bien todavía qué será, pero la historia no es una reflexión inútil; el
conocimiento del pasado es como una lámpara sobre el oscuro presente, que nos
ayuda también a vislumbrar cómo podría ser y, especialmente, como valdría la
pena que fuera.
Menéndez Pidal, en su introducción a la Historia de España –no
olvidemos que el 60,76% de la nuestra se corresponde con la suya– dice que el
tiempo de los Reyes Católicos fue, con mucho, el mayor período de la grandeza
española y que ello no fue obra de la casualidad ni del azar, sino de hechos
muy concretos: Castilla venía del nefasto reinado de Enrique IV, llamado “el
impotente”, que la había llevado a su peor momento de ruina, con el tesoro
exhausto, la población descontenta y hundida en la miseria, los nobles
desmoralizados, teniendo por única justicia el capricho del rey y –encima– la
moneda devaluada como consecuencia de la corrupción. Al morir Enrique, asciende
al trono su hermana Isabel, casada con el heredero del reino de Aragón. Isabel
y Fernando unificaron España y protagonizaron lo que Menéndez Pidal considera
el momento cúspide de esa nación.
¿Cuál fue el
secreto? Según el historiador –y el mérito es de la aguda visión política de
Isabel– los Reyes Católicos se ocuparon de que en España hubiese, quizá por vez
primera, justicia imparcial y, además, para las labores de gobierno escogieron
a los más capaces, sin importar si eran nobles o plebeyos, e incluso si habían
sido enemigos en algún momento; la inteligencia privaba por encima de todo.
Esto produjo un efecto multiplicador, se regó como una mancha de aceite: una
cadena de capaces escogiendo a más capaces como subalternos, no por adulación,
sino por ingenio y preparación; un círculo virtuoso, como el rector de la UCAB. La reina tenía una
habilidad extraordinaria para detectar el talento y es fama que guardaba un
libro donde anotaba los nombres de las personas que destacaban por su
inteligencia. Cuando le tocaba proveer un cargo apelaba a su “diccionario” de
gente capaz.
Dice Menéndez
Pidal, al referirse a este vuelco inusitado de su tierra, lo siguiente: “De la
decadencia más baja al florecimiento mayor de un pueblo no hay más que un
paso”, pero es un paso difícil de dar pasar del “lodazal de las codicias
particulares al terreno de las nobles aspiraciones”, porque requiere un acto de
voluntad que deseche el oportunismo, la viveza y la indolencia.
Vislumbro que
Venezuela va a renacer si somos capaces de asumir el compromiso. Si lo sabemos
hacer como es, sorprenderemos al mundo con nuestro brillo. Las nobles
aspiraciones no son otra cosa que hacer coherente el país que se sueña con el
que se practica cada día, el compromiso ético con la honestidad. Si logramos
dar ese paso el florecimiento vendrá, porque inteligencia es lo que aquí sobra.
Ese diccionario te lo tengo, Isabel, desde la A hasta la
Z.
Fuente: Tal Cual
No olvides dejar su comentario “GRACIAS”
Nota
Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí; cuántos dicen de mí: "ya no lo protege
Dios". Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria, tú mantienes alta mi
cabeza. Si grito invocando al Señor, El me escucha desde su monte santo. Puedo
acostarme y dormir y despertar: el Señor me sostiene. No temeré al pueblo
innumerable que acampa a mí alrededor.
Levántate, Señor; sálvame, Dios mío: tú golpeaste a mis enemigos en la
mejilla, rompiste los dientes de los malvados. De ti, Señor, viene la salvación
y la bendición sobre tu pueblo. Amén
TodoesNoticia
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